NOMBRE YÒRÙBÁ DE LOS DÍAS DE LA SEMANA
- OJÓ AJÉ O LUNES:
DÍA DE ÉXITOS FINANCIEROS
- OJÓ ÌSÉGUN O MARTES:
DÍA DE LA VICTORIA Y LOS TRIUNFOS
- OJÓ RÍRÚ O MIÉRCOLES:
DÍA DE LA CONFUSIÓN
- OJÓ BÓ O JUEVES:
DÍA DE LAS REALIZACIONES
- OJÓ ETÌ O VIERNES:
DÍA DE LAS COMPLICACIONES
- OJÓ ÀBÁMÉTA O SÁBADO:
DÍA DE LAS RESOLUCIONES
- OJÓ ÁÍKÚ O DOMINGO:
DÍA DE LA LARGA VIDA Y LA LONGEVIDAD
Los días de la semana para los Yòrùbá también poseen
ase, por ello, dentro del Oráculo de Ifá hay una serie de Odú cuyas historias hablan
de los días de la semana y la importancia de cada uno de ellos.
En una historia de ÒKÀNRÀN ÒFÚN, Ifá explica por qué
los días de la semana de nuestro calendario actual llevan esos nombres. La
historia dice así:
En Orun y al principio de las cosas, cuenta
Ôkànrà-Òfún que Olódùmàré convoca a 401 Irúmolè ubicándolos en un jardín
llamado OGBA ÀSE (jardín del poder), donde previamente había derramado
dieciséis únicos odù. Cuando todos estaban en el jardín, se les pidió que
imprimieran los símbolos de los dieciséis únicos odu, llamando a esa impresión ÀSE
ÒDU, a la que cada vez que lo necesitaran, deberían recurrir, y así lo
hicieron.
Una vez impresos los símbolos, los Irùmolè descubrieron que eran reversibles, manteniendo sus características idénticas aún al darlos vuelta. Se les explicó que así debía ser y que además, cuatro de ellos habrían de ser llamados “mayores” y los doce restantes menores. Que de todos ellos surgirían diferentes combinaciones hasta formar 256 odù que servirían en el futuro para subsanar situaciones existentes. Les fue dicho que esos dieciséis únicos odú, reflejados en la simbología impresa por ellos, debía ser utilizada durante la permanencia en el jardín, para expresar cualquier pedido o deseo positivo y todas las peticiones se harían realidad, advirtiendo que analizaran cada pedido puesto que las malas resoluciones no serían concedidas.
Una vez impresos los símbolos, los Irùmolè descubrieron que eran reversibles, manteniendo sus características idénticas aún al darlos vuelta. Se les explicó que así debía ser y que además, cuatro de ellos habrían de ser llamados “mayores” y los doce restantes menores. Que de todos ellos surgirían diferentes combinaciones hasta formar 256 odù que servirían en el futuro para subsanar situaciones existentes. Les fue dicho que esos dieciséis únicos odú, reflejados en la simbología impresa por ellos, debía ser utilizada durante la permanencia en el jardín, para expresar cualquier pedido o deseo positivo y todas las peticiones se harían realidad, advirtiendo que analizaran cada pedido puesto que las malas resoluciones no serían concedidas.
Al alba del primer día, Èsù Odara rogó pidiendo
riquezas de todo tipo y deseando progreso y prosperidad para todo el lugar, e
instantáneamente, por todo el jardín aparecieron riquezas de indescriptibles
proporciones. En gran jubileo, los Irùmolè invitados por Olódumare al OGBÀ ÀSE,
deciden compartir con los otros Irùmolè que habían quedado fuera, derramando
luego, el resto de las riquezas por todo el universo.
Todo este proceso de adquisiciones y propagación de riquezas dentro y fuera del jardín, ocupó todo un día de trabajo a los Irùnmolès-Òrìsà. Esa noche, Olódumare los llamó a su lado y luego de escucharlos narrar sus acciones del día dio en llamarlo OJÓ AJÉ o día de los éxitos financieros y riquezas. Y así, el primer día de la semana obtuvo su nombre.
Todo este proceso de adquisiciones y propagación de riquezas dentro y fuera del jardín, ocupó todo un día de trabajo a los Irùnmolès-Òrìsà. Esa noche, Olódumare los llamó a su lado y luego de escucharlos narrar sus acciones del día dio en llamarlo OJÓ AJÉ o día de los éxitos financieros y riquezas. Y así, el primer día de la semana obtuvo su nombre.
A la mañana siguiente los Òrìsà dentro del jardín se
levantaron y comenzaron a orar. Mientras tanto, los que habían quedado fuera,
en tropel se abalanzaban hacia ellos pidiendo les dieran más riquezas. Los
reclamos se eran cada vez más feroces, por lo que los Irùnmolès del jardín,
deciden usar el Asé Odù pidiendo victoria sobre los contrincantes.
Sus deseos fueron inmediatamente concedidos y así fue como los Òrìsà invasores debieron alejarse, retrocediendo vencidos. Al finalizar el día y mientras todos muy exaltados narraban los acontecimientos sucedidos, Olódumare pausadamente preguntó si realmente sentían la victoria, el triunfo sobre sus contrincantes y los Irùnmolès respondieron que efectivamente así era. Olódumare entonces les dijo que llamaría a ese día OJÓ ÍSÉGUN, o el día del triunfo.
Sus deseos fueron inmediatamente concedidos y así fue como los Òrìsà invasores debieron alejarse, retrocediendo vencidos. Al finalizar el día y mientras todos muy exaltados narraban los acontecimientos sucedidos, Olódumare pausadamente preguntó si realmente sentían la victoria, el triunfo sobre sus contrincantes y los Irùnmolès respondieron que efectivamente así era. Olódumare entonces les dijo que llamaría a ese día OJÓ ÍSÉGUN, o el día del triunfo.
Felices con su victoria, los Irùnmolès-Òrìsà se fueron a dormir. Los despertó una fuerte tempestad. Ese amanecer, un viento fuerte y helado soplaba en el jardín, las riquezas eran arrasadas por el poder de ese seco y fuerte vendaval que con fuerza se desataba sobre ellos, arrasando a su paso con árboles, flores y frutos. Tan acogedora era la situación que simplemente atinaron a refugiarse en los huecos de las altas y rojizas montañas que se alzaban por el lugar. Tanto fue el miedo y la desorientación que ninguno recordó que debía rezar y pedir a los Asé Odú para que la tempestad cesara y poder entonces continuar con el orden del día. Las horas pasaron y cuando llegó la noche muy confusos narraron lo sucedido a Olódumare, quien después de escuchar atentamente sus miedosos lamentos, dio en llamar a ese día OJÓ RÍRÚ, o día de la confusión, mientras les recordó que tal confusión habría sido fácilmente controlada si hubieran rezado con fuerza por aquello que desearan.
Muy temprano en la mañana del cuarto día y como era de esperar, los Irùnmolès-Òrìsà suplicaron por abundancia, tranquilidad y bienestar. Y así fue por la gracia de Olódumare.
Sobre el jardín se desató una lluvia vivificadora que regó la vegetación permitiendo que todo retornara a su brillante normalidad. Los Irùnmolès-Òrìsà danzaban contentos por el cambio de los acontecimientos, rezaron pidiendo obtener todo el ire (buenas cosas) de la vida para sí mismos. Pidieron progreso y les fue dado, rogaron alegría y el jardín se llenó de júbilo y gozo. Al caer la noche y como era costumbre, le dijeron a Olódumare que ese había sido el día más completo y gratificante que jamás habían pasado. Todos estaban de acuerdo en que había sido un día muy positivo, porque todo cuanto pidieron les fue concedido.
Dios llamó a ese día OJÓ BÓ u OJÓ ÀSÈSÈDÀIYÉ, día de las realizaciones. Y les informó que a la mañana siguiente deberían estar muy temprano preparados para emprender un largo viaje.
Al amanecer siguiente se levantaron y rogaron por un
buen desplazamiento y exitosa llegada a destino. Sus oraciones fueron
escuchadas y pudieron recorrer la astronómica distancia sin problema alguno. Disfrutaron
del sol, la alegría y la buena fortuna y en las primeras horas de la tarde
emprendieron el viaje de regreso al jardín, olvidando en su euforia, rogar para
que el retorno fuera posible. Pasaban las horas y no encontraban el camino,
todo se complicó, el miedo y la desorientación se apoderó de los Irùnmolès-Òrìsà
que comenzaron seriamente a dudar de su regreso. Cerca de media noche,
asustados y cansados por la gran travesía, convocaron la gracia de Olódumare y
así fue como pudieron retornar al jardín. En vista de tal experiencia, Olódumare
decidió llamar a ese día OJÓ ETÌ, o día de las turbulentas
complicaciones.
Al alba siguiente, Olódumare llamó a Esù Odara y le
dijo que desde ese momento en adelante, él controlaría todas las riquezas del
universo mientras que Orunmila sería quien debía regular el flujo o la
distribución de ellas, a través de rituales y sacrificios específicos. A lo que
Esu gustosamente accedió. Luego de unas horas, Esù cayó en cuenta que no había
comprendido muy bien como era eso de distribuir riquezas por medio de un ritual
y le pidió a Orunmila que se lo explicara más detalladamente, a lo que éste le
contestó: - cuando mucha riqueza se concentra en una sola mano, esto resulta
abusivo porque otro ser no tiene suficiente, por esa razón, el que necesite
bienestar, podrá obtenerlo por medio de rituales o sacrificios específicos, Pero
eso me corresponde otorgarlo a mí -, exclamó Esù - yo puedo resolver esas
cuestiones y considero innecesaria tu participación -. El conflicto entre los
dos fue creciendo y Esù decidió secretamente, convocar a las demás divinidades
y pedirles que lo ayudaran a vencer a Orunmila. Y así fue como todos los Irùnmolès-Òrìsà
comenzaron sus oraciones de ese día pidiendo lo siguiente: Que Èlà fuera
derrotado, pero si eso no se lograra, que jamás pudiera progresar en la vida y
si progresaba, no le fuera posible disfrutar de las bendiciones. La
conspiración contra Orunmila duró todo el día y cuando en la noche Olódumare
llamó a todos a su lado, muy triste les informó que sus deseos no podían ser
concedidos porque ellos, habían desobedecido las expresas instrucciones de
jamás pedir de manera negativa o arbitraria. Y llamó a ese día OJÓ ABÁMÉTA,
día de las malas resoluciones, injusticias, conspiración y atrevimiento.
Comprendiendo su mal proceder, en la mañana del
siguiente día, todos, incluido Esù Odara, llegaron al lugar donde Orunmila
descansaba y le rogaron que los perdonara, a lo que el Òrunmila respondió
derramando sus bendiciones a todos los demás Irùnmolès-Òrìsà, incluyendo a Esù
Odara. El regocijo era grande porque todos entendieron que la disputa entre
ellos había terminado. Esa noche, Olódùmàrè nombró a Orunmila líder de la
comunidad y les concedió a todos vida eterna. Luego de eso, se organizó una
gran fiesta en la que todos participaron y Olódumare, llamó a ese día OJÓ
ÁÍKÚ, el día de la larga vida y regocijo.
Es por todo lo expuesto que los Yòrùbá practicantes de
la fe Ifá-Orisa dan mucha importancia a los días de la semana, tomando en
cuenta lo que deben o no hacer en cada día específico; siendo muy cuidadosos en
el significado de cada día, cuando realizan sus ofrendas o sacrificios.
Por esa razón el LUNES, es un día propicio para
pedidos de bienestar material y prosperidad. Bueno para realizar o comenzar
negocios o aventuras financieras. Ideal para proyectos a largo plazo. Excelente
para todo lo relacionado con las finanzas.
El MARTES lo consideran excelente para negocios,
finanzas y adquisición de bienes muebles o inmuebles. Y muy bueno para realizar
rituales referentes a logros financieros y pedidos de victoria sobre los
adversarios.
El MIÉRCOLES es considerado un día negativo para
ejecutar proyectos importantes. Y es el día en el que los religiosos Yòrùbá no
utilizan ase dudu, ni se lavan con Omi ero. No obstante hay algunos preparados
especiales que se arreglan en día miércoles, como por ejemplo el mádàríkòn (amuleto
designado para obtener victoria sobre los enemigos)
En la creencia Yòrùbá el miércoles es el día ideal para realizar sacrificios a las Iyami osoronga, porque según la tradición, las Iyamí realizan sus reuniones en ese día.
En la creencia Yòrùbá el miércoles es el día ideal para realizar sacrificios a las Iyami osoronga, porque según la tradición, las Iyamí realizan sus reuniones en ese día.
El JUEVES resulta ideal para casamientos, reuniones y
desarrollo de proyectos a largo plazo.
Se lo considera perfecto para realizar todo tipo de ofrendas, pedidos o sacrificios rituales.
Los Yòrùbá consideran que ofrendar en día jueves ayuda al logro de metas y es por esa razón que ese día se realizan los pedidos más insólitos y ambiciosos.
Se lo considera perfecto para realizar todo tipo de ofrendas, pedidos o sacrificios rituales.
Los Yòrùbá consideran que ofrendar en día jueves ayuda al logro de metas y es por esa razón que ese día se realizan los pedidos más insólitos y ambiciosos.
El VIERNES lo consideran negativo para realizar viajes
largos, mudanzas o traslados, pero es ese el día predilecto para las
ceremonias, entrega de títulos y honores, exposiciones, actuaciones y pedidos
de protección afectiva y social.
El SÁBADO, como el miércoles es malo para proyectos
principales, por lo tanto, tratan de llevar consigo sus amuletos de protección
para evitar situaciones confusas.
También el sábado es un día propicio para confeccionar amuletos y potenciarlos con el Ase. Es creencia que todo amuleto que se prepara ese día funcionará muy bien.
También el sábado es un día propicio para confeccionar amuletos y potenciarlos con el Ase. Es creencia que todo amuleto que se prepara ese día funcionará muy bien.
El DOMINGO es un día excelente para proyectar metas a
futuro, reconciliarse y disfrutar de la compañía de los seres queridos,
realizar ofrendas relacionadas con el pedido de bendiciones a los niños y
preparar y/o usar amuletos para obtener larga vida.
Odu mayores:
Ejiogbe, Oyeku Meji, Iwori Meji y Odi
Meji
Odu menores
Irosun Owonrin, Owonrin Irosun, Obara
Okanran, Okanran Obara, Ogunda Osa, Osa Ogunda, Ika Oturupon, Oturupon
Ika, Otura Irete, Irete Otura, Ose Ofun y Ofun Ose
Fuente: La Dieta, Tema Ifá, Solagbade Popoola.